Así de relucientes están quedando nuestras prendas.
Secadas al sol, la luz del mismo Dios en nuestra vida.
Cuarema. Tiempo de cambio, de conversión, de limpiar en nuestra vida todas aquellas actitudes que no nos permiten amar más y mejor, todo lo que nos aleja de Jesús.
El miércoles de ceniza pusimos en marcha nuestra lavadora y la programamos para que nuestra vida quede reluciente. Usamos los lavados recomendados para este tiempo: oración, ayuno, limosna.
Hemos ido metiendo...
Nuestras camisetas para que nuestro corazón esté abiero y disponible a los otros.
Nuestros calcetines para que nuestros pies estén dispuestos a seguir lo pasos de Jesús.
Nuestra gorra para que cada día encontremos un rato para pensar y hablar con Dios.
Así de relucientes están quedando nuestras prendas.
Secadas al sol, la luz del mismo Dios en nuestra vida.
