Roma. Siglo XVI. José de Calasanz y una intuición que cambió su vida, la historia y el destino de muchos otros, que hemos querido vincularnos a la escuela calasancia. Vida de proceso en la que va descubriendo lo que Dios quiere de él. Preciosas palabras para expresar lo que el amor supo desde siempre: En Roma he encontrado el modo definitivo de servir a Dios en los pequeños y no lo dejaré por nada del mundo.
José de Calasanz. Nacido para educar. A él le debemos mucho todos los maestros y maestras que hemos hemos descubierto en la educación la obra más bella, noble y sublime del mundo.
En esta semana hemos recordado, profundizado y celebrado a Calasanz. Aquí os dejamos una muestra de lo que con especial cariño, religiosas, profes y alumnos, vivimos.