Nada.
Es simplemente una fiesta más, una excusa para disfrazarse y hacer algo diferente. Incluso ha perdido el posible sentido religioso que pudiera tener. Coincide con la Fiesta de Todos los Santos y su origen es éste, pero nada más. Porque Halloween es sencillamente una fiesta consumista que se ha colado en nuestra casa.
Lo que sí permanece y no se acaba es el sentido de nuestras fiestas de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. Es la permanencia del cuidado y el amor continuo de quien nos amó y a quien amamos. Es el recuerdo que no se borra del corazón. Es la memoria agradecida por todo lo vivido y compartido. Es la esperanza de volver a vernos. Es el ejemplo de todos los que nos han precedido en el camino de la fe.
Va más allá de una visita al cementerio, más allá de que sea precepto ir a misa.
Porque los asuntos de la vida y el amor siempre van más allá y permanecen por encima de cualquier fiesta pasajera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario