Hoy recordamos el martirio de la M.Victoria en Martos en el año 1937. Os compartimos unas palabras de M.Sacramento Calderón, Superiora General de nuestro Instituto.
En este día 13 de
enero, en que a nivel interno celebramos la fiesta de nuestra querida
hermana, la Beata Victoria Valverde, deseo unirme a vuestra alegría y
agradecimiento al Señor por el don que nos ha concedido en ella. Hoy es
motivo para el Instituto, de “memoria agradecida”.
En
ella, encontramos a la mujer que supo poner al Señor y su Causa, -los
pequeños, los sencillos-, en el centro de su vida como lo único y lo más
importante. Por eso permaneció en el olvido de sí y al servicio de los
demás con alegría, con naturalidad, como su camino de realización
personal. Y lo hizo no solo de palabra, sino que lo rubricó con la
entrega de su vida.
“Por
ella, -por la Congregación, por mi vocación, por el Señor, por el
anuncio del evangelio- estoy dispuesta a todo”, decía. Así de sencillo y
en pocas palabras, creo que podemos definir su estilo de vida. Ella fue
una mujer que en lo cotidiano de cada día supo mostrar el rostro más
evangélico de la vida calasancia.
Que
hoy al celebrar este día seamos capaces de preguntarnos cada uno en
nuestro interior: “por ella, ¿a qué estoy dispuesto?” Y al mirar la
sencillez y valentía de M. Victoria, también nosotros nos sintamos, una
vez más, alentados a ser mujeres y hombres de Dios, de palabra que da
vida y orienta. Mujeres y hombres de palabra evangélica, como ella supo
serlo.
Un abrazo para todos y que la M. Victoria Valverde interceda por cada una de vuestras familias.
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