Cuidaré a mis compañeros,
pues con ellos trabajo y camino,
ellos me dan aire fresco
y para ellos soy cristiano.
Prepararé con ilusión y cuidado
mi regazo para la acogida,
mis manos para la compañía,
mis entrañas para la compasión.
Velaré para que no salgan de mí
palabras aceradas ni gestos altivos;
no criticaré sus manías,
no trivializaré sus problemas,
no los encuadraré en mis cuadrículas,
no envidiaré sus triunfos,
ni me alegraré de sus fallos.
Pero no quitaré vigor y ternura
a mi palabra de hermano.
Si tengo que felicitar, felicitaré;
si tengo que afrontar, afrontaré;
si tengo que decidir, decidiré;
si tengo que corregir, corregiré;
si tengo que denunciar, denunciaré.
Piedra preciosa es la unidad en una
Comunidad. Señor, enséñanos a amar.
Entonaré mi corazón noche y día,
lo tendré siempre a punto,
enseñado y dispuesto
a abrir puertas y ventanas,
a no robar paz ni alegría,
a dar y recibir todo lo que es venida
y a soñar utopías comunitarias.
No osaré hacer comunión contigo, Señor
si estoy alejado de mi hermano.
No mostraré suficiencia,
pediré perdón, ofreceré la mano
y buscaré el abrazo fraterno.
Amaré y cuidaré mi Comunidad
No devolveré a nadie mal por mal.
Con los que están alegres, me alegraré;
con los que lloran, lloraré;
con los que sufren, sufriré.
Piedra preciosa es la unidad en una
Comunidad. Señor, enséñanos a amar.
No me dejaré vencer por el mal, antes
bien, venceré al mal a fuerza del bien.
Amaré y cuidaré la Comunidad
me esmeraré con ella,
le seré fiel, la defenderé,
viviré con fervor sus proyectos y no
le negaré los dones que Tú me diste.
Amaré y cuidaré la Comunidad
tu Comunidad, mi Comunidad,
nuestra Comunidad.
Piedra preciosa es la unidad en una
Comunidad. Señor, enséñanos a amar.
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