
Pero antes de eso, tenemos que entrenarnos bien y prepararnos como cadetes de policía, demostrando nuestras habilidades, puntería y trabajo en equipo.
Tras el duro entrenamiento, recibimos nuestra placa de policía. Ya estamos preparados para descubrir el misterio del vecino sospechoso.
Una buena cena nos ayuda a recuperar fuerzas.
Nos costó descubrir la verdad. Un difícil enigma nos indicaba la dirección donde encontraríamos al sospechoso. Era de noche, teníamos que mantener una vela encendida en contra de varios personajes misteriosos que intentan impedir que descubramos la solución apagándola, pero entre todos y con mucha ilusión conseguimos las monedas que nos ayudaron a descubrir la clave del enigma.
La gran sorpresa fue que en realidad se trataba de una buena persona que cada noche sale con bolsas para ayudar a los pobres con comida y ropa. Hemos caído en un error. A veces somos como 'policías' que juzgan demasiado rápido y nos dejamos llevar por las apariencias. Por eso, en nuestra oración de la noche, cada uno presentó su placa de policía y dijo un compromiso personal para cambiar y ser mejor.
Y por supuesto, un buen fin de fiesta y baile
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