Todo domingo celebramos el
triunfo de la resurrección, la pujanza de la vida. Este domingo es un canto a
la vida. En última instancia, es un canto agradecido a Dios, Dios de vida, que
nos hace partícipes de la victoria sobre la muerte. El Espíritu de Dios es
capaz de abrir nuestros sepulcros, porque hay muchas muertes antes de morir.
Cada día morimos y cada día resucitamos por la fuerza de la Resurrección de
Cristo.
Porque
Dios es Dios de vivos,
morir
es sólo un paso.
Porque
el día vence a la noche,
morir
es sólo un paso.
Porque
la semilla en espiga se convierte,
morir
es sólo un paso.
Porque
el aliento de Dios no se interrumpe,
morir
es sólo un paso.
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