Se escucha una canción nueva por megafonía, hay estreno de uniformes, caras nuevas, libros recién forrados. Todos más altos, guapos, mayores. Hay pequeños de 3 años que se agarran a sus padres con cierto recelo y se escuchan los llantos desde el piso de arriba; otros - más experimentados de la guardería- entran con paso decidido.
Carteles de un nuevo lema adornan las clases: EL AMOR TODO LO VENCE; también nos recibe en la portería, en la escalera, en la agenda, en la web, como si quisiera convertirse en un estribillo constante: el amor no se acaba, todo lo cree, todo lo espera, todo lo puede...el amor vence las dificultades, rompe los muros que separan, acorta las distancias, engrandece al que ama y embellece al amado. ¡Ya sabía el Padre Faustino cuando escribió esa frase que llenaría nuestras vidas de esperanza!
Llega el momento del recreo: carreras, bocadillo y juegos con los amigos. Cuando la música vuelve a sonar, todos corren a formar las filas, porque llega el momento de volver a clase, aprender algo más, compartir con los compañeros, aprender de la seño...
Pronto serán las dos de la tarde y volverán a casa. Los peques se volverán a agarrar a los brazos de sus padres; los más "veteranos" tendrán mil cosas que contar y los profes infinitos abrazos que programar...
Esto no ha hecho más que comenzar.
¡¡Feliz regreso al cole!! ¡¡Sed todos bienvenidos!!
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