Para nosotros es una alegría poder celebrar cada año la vida y la santidad del Padre Faustino. Nadie nace beato ni santo, la vida nos va construyendo y Dios nos va transformando y acercando a Él para que podamos seguir su voluntad y ser ejemplo de amor en nuestro mundo.
La santidad no es otra cosa que amar de verdad, "a tope", sin límites, sin condiciones. A veces, el amor lleva sus espinitas, pero lo que se da y se recibe es mucho más grande que cualquier tropiezo o dificultad. Y si no, que se lo pregunten a las madres y padres de familia que aman incondicionalmente a sus hijos...
El Padre Faustino amó mucho. A Dios, a los niños y jóvenes de los colegios en los que estuvo, a todos los que se acercaban a confesarse y buscar el perdón de Dios, a las religiosas y las niñas en los primeros años de nuestra Congregación, a los enfermos que necesitaban escucha y sanación...
¡¡Y el amor hay que celebrarlo!! Por eso, durante esta semana tenemos tutorías, concursos, carteles, dibujos, reflexiones en clase y oraciones en la capilla. Simplemente porque queremos amar y aprender de alguien que supo hacerlo de verdad.
¡¡FELIZ SEMANA DE LA BEATIFICACIÓN DEL PADRE FAUSTINO!!
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