"La misericordia de Dios es más grande que cualquiera de nuestros errores", nos explica el Papa Francisco en su carta para este Año de la Misericordia. Y eso es lo que hemos querido experimentar en las celebraciones de la misericordia que hemos vivido con los alumnos de Secundaria. El amor de Dios es más grande que nuestros miedos, que aquello que nos agobia. Si somos capaces de vencer esos miedos, se romperá el muro que nos separa del amor de Dios, se abrirá la puerta para encontrarnos con su abrazo de amor.
Y como el amor de Dios es REAL, superar las barreras del miedo nos ha hecho capaces de construir entre todos una cadena de amor. Recibir amor es dar amor. Recibir misericordia es dar misericordia. De eso se trata.
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