Tenemos la mochila preparada, el billete de avión comprado desde hace tiempo, el libro de la M.Victoria casi leído entero. Hemos organizado las habitaciones del hotel y mirado el tiempo de Tarragona y, aunque no tenemos claro la ropa que vamos a llevar, sí hay algo que hemos previsto y que no nos va a fallar.
¡YA HEMOS PREPARADO EL CORAZÓN!
Y también nos invita a preguntarnos mucho sobre nuestra propia vida. ¿Qué haría yo en una situación así? ¿Cómo es mi fe? ¿Dónde pongo mi fuerza? ¿Es mi amor tan fuerte como para dar la vida?
Para el grupo de religiosas, profesores y monitores del Movimiento Calasancio que viajamos a Tarragona, la Beatificación es una oportunidad que no tiene precio. Estamos ilusionados y con ganas de compartir y vivir nuestra fe. Sentimos la alegría de que nuestro Instituto tenga la suerte de tener a M.Victoria como intercesora y modelo de vida.
También sabemos que es una responsabilidad muy grande porque luego tenemos que ser testigos de la experiencia de Iglesia que vamos a vivir. Pero sobre todo es un regalo y un motivo para dar gracias a Dios.
Ojalá ese corazón que ya tenemos preparado vuelva lleno de un amor que desea ser compartido.
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