LA FRATERNIDAD, UN DON Y UN COMPROMISO

Dejemos obrar a Dios que para mejor será (B. Faustino Míguez)

lunes, 14 de octubre de 2013

Volvemos... ¡Con el corazón lleno!

Ya hemos vuelto de Tarragona y lo hacemos ¡CON EL CORAZÓN LLENO!

Ha sido una auténtica bendición para todos participar de la Beatificación de la M. Victoria. No sólo hemos vivido los actos organizados por la Conferencia Episcopal Española, sino que hemos compartido como hermanos creciendo como familia calasancia.
 El sábado, nerviosos por la emoción, embarcamos rumbo a Barcelona dispuestos a disfrutar y vivir como grupo. Se nos notaba ya que iba a ser una experiencia inolvidable.

En el aeropuerto de Barcelona nos encontramos con otros grupos de calasancias de Sanlúcar, Chipiona, Pontevedra, Vigo... que llegaban contentos e ilusionados. Y en los autobuses comenzamos nuestra aventura por tierras catalanas.





Por la tarde, ya en Tarragona y tras una estupenda comida, nos dirigimos a la plaza de toros para disfrutar de la representación de La Pasión de San Fructuoso, obispo y mártir de Tarragona que murió junto a sus dos diáconos, San Eulogio y San Augurio.



Fue una representación emotiva, especialmente el momento final en el que todos encendimos una pequeña vela que nos dieron al entrar. Ver toda la plaza iluminada por tantas personas que compartimos la misma fe en Jesús llena el alma de emoción. 

Mientras en el techo de la plaza proyectaban las imágenes de los 522 mártires, sentíamos que era una forma sencilla de reconocer el amor y la fe de estas personas que entregaron su vida, a la vez que un profundo compromiso de que nuestra vida sea también luz para compartir con otros.


Allí mismo en la plaza, y después en el hotel, vivimos el momento del reencuentro. Es un gran gozo volver a abrazar y besar a los que formaron parte de nuestra historia, a las caras conocidas y a los amigos. Es también una alegría conocer personas nuevas, profesores y religiosas de otros países, o de España pero que no habíamos visto nunca. Y de pronto uno se siente familia y empieza a crear lazos porque el espíritu calasancio y el carisma del P.Faustino nos une de una forma muy especial.

 
El momento central y más importante lo vivimos el domingo. Da impresión reunirse con otras 25.000 personas y ver la alegría y la pluralidad de nuestra Iglesia. Con orden y buena disposición de todos se creó un ambiente estupendo. Ni siquiera el calor hizo que se perdiera la solemnidad y la emoción por lo que todos estábamos viviendo.
El Papa nos animó con su mensaje a seguir los pasos de Cristo, que nos "primerea" en el amor enseñándonos el camino de la entrega amor sin límites, a no ser cristianos de apariencia o de barniz que están vacíos por dentro, a tomar a estos mártires como ejemplo de vida y de perdón. 
Especialmente emocionante fue cuando apareció la imagen de M.Victoria en la pantalla. Dio un vuelco el corazón. Y en ese momento recordamos a tantas personas que nos gustaría que ella protegiese y cuidase, porque a partir de ese instante ya tenemos una intercesora en el cielo junto al Padre Faustino.

Algunas de nuestras religiosas participaron en la celebración llevando velas y palmas en la procesión inicial, leyendo algunos textos antes de comenzar la Eucaristía o con ofrendas. Pero todos participamos elevando nuestro corazón para unirnos a la Iglesia en fiesta. Incluso tenemos alguna "famosilla" que salió en la televisión...

Tras la Eucaristía nos dirigimos a nuestro autobús (el C20), aunque nos costó un poco encontrarlo en medio de tanta gente... De allí marchamos a una comida de fraternidad donde todo el grupo de calasancias que hemos participado en la beatificación (unas 300 personas de España, África, India y América) disfrutamos y celebramos juntos. También fue un momento de compartir y disfrutar con los amigos y de reencontrarnos con todas las religiosas que han dejado su huella en nuestro colegio de Sevilla: M.Teresa, M.Eva, M.Gusti, M.Pilar, M.MªCarmen Gonzálvez, M.Ana, M.Marta...



Llegaban las despedidas y se acercaba el momento de regresar a Sevilla. Se nos mezclaba la alegría del encuentro con la pena de la separación. Sin duda en todos brotaba el agradecimiento por lo vivido y compartido. Somos bendecidos y nos sentimos muy afortunados por haber podido participar y celebrar esta beatificación. No sólo por M. Victoria, que es un auténtico don para nuestra Congregación, sino por tantas personas pequeñas que cada día hacemos cosas pequeñas en tantos colegios calasancios con el único fin de amar más a Dios y acompañar a los niños y jóvenes.

En nuestro autobús de regreso al aeropuerto de Barcelona, con los sanluqueños y chipioneros que también volvían en avión, se vivió la alegría, las canciones, la fiesta, el gozo, las risas, los buenos ratos. El buen ambiente, el grupo que se formó entre todos, la fe compartida, el estar pendientes unos de otros...todo nos ha hecho crecer un poco más, ensanchar nuestro corazón y amar lo calasancio.



 Gracias Señor de todo corazón. 
Gracias por permitirnos vivir la fe de esta manera tan especial. 
Gracias por dejarnos a M.Victoria como ejemplo de vida. 
Gracias por convertirnos en testigos de tu amor


BEATA VICTORIA VALVERDE
RUEGA POR NOSOTROS



Himno para la Beatificación de MVictoria Valverde

(Cantado y grabado por alumnos del Colegio de Sevilla del actual 2º de ESO)

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