LA FRATERNIDAD, UN DON Y UN COMPROMISO

Dejemos obrar a Dios que para mejor será (B. Faustino Míguez)

domingo, 30 de marzo de 2014

Cuarto domingo de Cuaresma... La luz del mundo

 Cristo es el agua viva y el pan de la vida; hoy nos dice que es la Luz del mundo. ¡Qué belleza! Las Tinieblas son muy feas. Y ¡Qué necesidad! Porque las tinieblas se extendían por todos los rincones de la Tierra. Pero también, ¡qué peligro!, porque las tinieblas son muy peligrosas, muy agresivas y muy poderosas. Jesús lo sabía.
Hoy sigue habiendo muchas tinieblas, y son muy densas y muy violentas. Sentimos la necesidad de la luz de Cristo y de ser nosotros luz.


Jesús-Luz, cura mi ceguera,
que me pueden las tinieblas, peligrosas, feas.
Guía mis pasos en mi noche,
como hiciste con los Magos y su estrella.
Aplica a mis ojos el colirio de la verdad,
y sácame de la noche, como hiciste a Nicodemo;
quiero verte, que te vea.
Limpia mis ojos con el colirio de la esperanza,
como al anciano Simeón;
con el colirio de tus signos misericordiosos,

como al Bautista;
con el colirio de tu gloria,
como en el Tabor;
con el colirio del perdón,
como a Pedro;
con el colirio del amor,
como a Magdalena;
con el colirio del pan y la palabra,
como en Emaús;
con el colirio del dolor y las llagas,
como a Tomás, o el buen ladrón;

siempre con el colirio de fe.

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